La vigilancia es la intervención activa en forma de predicción del comportamiento para su modificación; es el control social en tiempo real. En cada era, los discursos criminalizantes han utilizado conceptos seudocientíficos supuestamente con el respaldo de los datos para justificar la deshumanización, el castigo colectivo, el control social y los registros biométricos de personas y grupos que son identificados por el estado como objetivos. En esta tradición, conceptos como “degeneración mental”, “valores familiares disolutos”, “criminal”, y “alto riesgo”, están siendo utilizados.
Tener un historial criminal es el resultado material de décadas de vigilancia policial racista y políticas de encarcelamiento masivo. En la actualidad, las herramientas tecnocráticas populares, tales como los algoritmos predictivos, sistemas de software de mapeo de relaciones e indexación de datos que permiten que los arrestos actuales y futuros resuciten y ejerzan todo el peso de esa historia, todo mientras usa datos abstractos y desinfectados.